Vicente Verástegui, diputado del PAN, narra cómo intentaron matarlo: ‘Sentí una ráfaga de 28 disparos’

Vicente Verástegui detalló que el pasado viernes se dirigía a uno de sus ranchos para verificar el riego de su cultivo, cuando fue emboscado por hombres armados.

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Gracias a Dios no me pegó ningun disparo”, explicó Vicente Verástegui, diputado de local del PAN, quien sobrevivió a un intento de homicidio el pasado viernes 11 de octubre en uno de sus ranchos en Tamaulipas.

En entrevista con Ciro Gómez Leyva, el panista Verástegui y agricultor de caña de azúcar detalló que el pasado viernes se dirigía a uno de sus ranchos para verificar el riego de su cultivo, cuando fue emboscado por hombres armados.

“Esa tarde, a las 5:20 pm, me dirigía al Rancho Lupita a ver un riego. Al llegar al rancho, vimos entrar a tres hombres en moto. Nos metimos a revisar el riego y la sorpresa es que al final del terreno (…) nos topamos con un Jetta blanco y hombres armados”, explicó.

Al ver al grupo cargado de armas largas, Vicente Verástegui y uno de sus acompañantes decidieron meter reversa al vehículo que manejaban, pero a lo lejos observaron que del Jetta blanco descendía un hombre con un arma y “nos empieza a disparar”.

“Primero me tiré cuando tiraron los primeros balazos, cuando ya no nos pudimos mover, me dice mi compañero: “pélate jefe, pélate”. “Me bajo de la camioneta y me voy corriendo y me meto entre las cañas y me sigue llegando una ráfaga como de 28 tiros”, añade.

El diputado recalcó que ninguno de los disparos lo alcanzaron a rozar porque se escondió en el cultivo de las cañas y, por momentos, escuchaba los pasos y las voces”. “Se escuchaba todo y decían: ‘Métase a sacar a ese cabrón, métase a sacarlo de entre las cañas, váyase por un dron’”, narró.

Durante el ataque, Verástegui relató que se encontraba en short y tenis, atuendo que le ayudó a correr varios kilómetros por dentro de las cañas para no ser visto: “Gracias a Dios me dio esa fortaleza. Por la condición que yo tengo pude aguantar todos los kilómetros para poderme salir de ese perímetro”.

Al oscurecer, el agricultor de caña salió del rancho y se trasladó a otro cercano, donde escuchó el ruido de una patrulla, la cual, dijo, le alertaba a los hombres armados que se acercaban más uniformados a revisar el lugar.“Venía una patrulla de la estatal haciendo ruido con la sirena, como dándole a entender a los delincuentes para que se fueran porque iban las demás personas. Entonces yo alcanzo a escuchar cuando dicen: “vámonos a la chingada, vámonos”.

Por esta razón, el panista aseguró que “no le tengo confianza a la policía estatal” tras recordar que vivió un secuestro hace 12 años, “cuando me torturaron y me golpearon”.

                                                         
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