“Son cosas de la vida”: así reaccionan vecinos tras el doble asesinato en Calzada de Tlalpan (Video)

El ataque a los colaboradores de Clara Brugada ocurrió en pleno día frente a una estación del Metro en una de las vías más emblemáticas de una ciudad donde la violencia parece estar normalizada.

proceso.com.mx

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El doble asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz Vega, colaboradores cercanos de la jefa de Gobierno Clara Brugada, ocurrió en pleno día, frente a una estación del Metro, entre padres que llevaban a sus hijos a la escuela y vendedores que apenas abrían sus puestos, en una capital donde la violencia está normalizada: “Son cosas de la vida”.

A pocos metros de la entrada a la estación Xola, del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, dos patrullas montan guardias para custodiar varios montones de cristales rotos tirados sobre el asfalto, junto a una mancha color escarlata extendida justo frente al acceso de un bajo puente.

Las personas que pasan sobre la Calzada de Tlalpan se concentran en la sangre coagulada y en un ramo de flores blancas acomodado en el piso; siguen caminando, pero voltean sus cabezas para no desviar la mirada del lugar donde horas antes fueron asesinados a quemarropa Ximena Guzmán y José Muñoz Vega.

Es una zona escolar, por ahí transitan padres de familia con niños y adolescentes que llevan sus uniformes, también curiosos frente a la presencia policial en custodia de la evidente señal del hecho atroz.

Diana Sánchez lleva a sus hijos menores a una escuela por la zona, en la mañana le tocó ser testigo de la movilización policiaca que ocasionó el doble homicidio. En el trayecto que hace a diario con los niños, este 20 de mayo vio ambulancias y patrullas. Uno de sus hijos alcanzó a ver un cuerpo.

En entrevista con Proceso, comparte que los padres de familia de la escuela se preocuparon ante la inseguridad que representa el registro de un homicidio, incluso, preguntaron si los niños tendrían clases.

Ismael Sánchez trabaja en un puesto de comida a unos metros del bajo puente, dice que en medio año que lleva nunca había ocurrido algo así: “Si te deja algo de miedo, pero son cosas de la vida”.

Él llegó a trabajar un par de horas después de lo ocurrido, no vio nada, pero cuenta que su compañero de trabajo, el que tiene un puesto nocturno, sí estuvo mientras se realizaban las ejecuciones, pero no se percató porque, al parecer, usaron un silenciador.

No lo vio asustado, el mismo dice que no se siente inseguro tras lo ocurrido, lo tiene normalizado: “Son cosas a las que se expone uno en su trabajo, sales de casa pero pues nunca sabes si vas a regresar o no”.

En cambio, Rosa María Rodríguez Bonilla vive por la zona y aunque dice sentirse seguridad también considera que en toda la ciudad se debe reforzar la seguridad: “Se supone que la Benito Juárez era una delegaciòn muy segura, pero con estos hechos ya se pone uno a pensar”.

                                                         
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