Protección a depredador sexual mancha a Trump y a su secretario de Trabajo

jornada.com.mx

Nueva York. El escándalo sexual criminal de un multimillonario ha puesto en jaque el puesto de un integrante del gabinete del presidente y manchado a Donald Trump, quien fue amigo del acusado de abusos sexuales a menores de edad en un caso que también nutre sospechas sobre cómo el sistema de justicia es corrompido por los ricos y poderosos.

Cuando el multimillonario Jeffrey Epstein fue arrestado el sábado y acusado formalmente el lunes en Nueva York por tráfico y abuso sexual de múltiples mujeres jóvenes, algunas menores de edad –hoy otra denunció públicamente que fue violada por el acusado cuando tenía 14 años de edad y se esperan más– de inmediato tuvo consecuencias en la Casa Blanca, ya que el multimillonario fue amigo de Trump.

El secretario de Trabajo de Estados Unidos, Alexander Acosta, se vio obligado ayer a defenderse ante renovadas interrogantes sobre su papel hace una década, cuando era fiscal federal en Miami, Florida, para facilitar un acuerdo legal secreto en 2008 bajo el cual Epstein logró evadir una extensa condena de prisión después de ser acusado de abusar sexualmente a por lo menos 30 mujeres jóvenes, incluso menores de edad.

El manejo del caso en Florida por Acosta fue reportado primero en una amplia investigación del Miami Herald en noviembre de 2018. En febrero de 2019, un juez federal falló que los fiscales bajo mando de Acosta violaron la ley cuando ocultaron el acuerdo legal que elaboraron con Epstein de las más de 30 víctimas que eran menores de edad cuando sufrieron abuso sexual del acusado. Poco antes, el Departamento de Justicia recién había anunciado una indagación del caso a solicitud de más de 30 legisladores federales.

Con el arresto de Epstein y las nuevas acusaciones de tráfico sexual presentadas por la fiscalía federal en Nueva York el lunes, ese acuerdo guiado por Acosta fue en efecto repudiado.

El cubanoestadunidense Acosta defendió ayer sus decisiones en el caso de Epstein hace una década, argumentando que optó por un acuerdo que no fue lo suficiente severo porque consideró que llevar el caso a juicio con testigos renuentes podría haber culminado sin condena. Quería ayudarlos, afirmó en una conferencia de prensa en la capital, en referencia a las víctimas, y resaltó que se logró que Epstein fuera encarcelado y obligado a registrarse como un depredador sexual. Expresó que daba la bienvenida a los nuevos cargos por los delitos horribles de Epstein.

Pero bajo ese acuerdo secreto, Epstein sólo tuvo que pasar 13 meses en la cárcel y durante su estancia tenía permiso de salir a trabajar durante 12 horas, seis días a la semana.

Epstein, un administrador de fondos de alto riesgo (hedge funds), nunca ha revelado quiénes son sus clientes, ni se sabe precisamente el origen y manejo de su fortuna. Pero tiene seis residencias, incluyendo en Palm Springs, Florida, y en Nueva York, y es dueño de una isla caribeña y dos jets privados, y solía circular entre los ricos y poderosos a pesar de que se sabía de múltiples acusaciones de abuso sexual durante décadas.

Ahora algunos de sus amigos –quienes incluyen a Trump, el ex presidente Bill Clinton y el príncipe Andrés de Gran Bretaña– insisten en que no eran tan cercanos.

Desde el arresto de Epstein el sábado, Trump y su equipo han asegurado que nunca fueron muy cercanos y que no han hablado en unos 15 años. Sin embargo, en 2002 Trump comentó en una entrevista que Epstein era un tipo estupendo. Es muy divertido estar con él y agregó que se dice que le gustan las mujeres bellas tanto como a mí, y muchas de ellas están del lado más joven. Existen fotos de ambos rodeados de mujeres jóvenes.

Por su parte, voceros del ex presidente Bill Clinton expresaron que él no sabía nada de los delitos terribles de Epstein, pero confirmaron que el ex presidente sí había viajado en uno de los aviones de Epstein en cuatro ocasiones. Circulan versiones de que Trump estaba contemplando usar la relación de Clinton con Epstein como arma en su contienda presidencial con Hillary Clinton en 2016.

La acusación formal presentada esta semana afirma que Epstein y sus empleados realizaron una operación de tráfico sexual por la que decenas de mujeres adolescentes fueron llevadas a su mansión en Nueva York y la de Florida entre 2002 y 2005. A cambio de pagos de cientos de dólares por sesión, solicitó masajes desnudos y realizaba actos sexuales. También solicitó que algunas reclutaran a otras.

La conducta alegada sacude la consciencia, afirmó el fiscal federal Geoffrey Berman al presentar los cargos.

Fiscales en Nueva York han convocado a otras víctimas a sumarse al caso y se reporta que varias más se han comunicado con las autoridades en los días recientes.

Mientras tanto, Acosta está proponiendo una reducción de 80 por ciento a una agencia dentro de su secretaría dedicada al combate de tráfico sexual de menores de edad, reporta The Guardian.

Su aún jefe, Trump, ha sido acusado de hostigamiento, abuso y hasta violación sexual por entre 17 y 24 mujeres hasta la fecha.

                                                         
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