Plumazo

Por Nayar Araiza López

¡Miserables con nuestras estudiantes!

* Bahía de Banderas les da millones… y el Patronato les regresa migajas

Del Programa Delfín, ese que impulsa estancias académicas de verano con investigadores nacionales o internacionales, fueron seleccionadas dos estudiantes de la Unidad Académica de Bahía de Banderas. Jóvenes brillantes, con méritos que les sobran, y con ganas de aprender, de crecer, de representar dignamente a la UAN fuera del estado o del país.

¿Y qué reciben por parte del Patronato UAN? Una beca de 18 mil pesos, insuficiente para más de un mes fuera de casa, con gastos de transporte, alimentación, hospedaje, materiales. Afortunadamente, el presidente municipal Héctor Santana tuvo el gesto de sumarles 10 mil pesos más. Aun así, son apenas 28 mil. Un gesto noble, sí. Pero que evidencia el abandono universitario: mientras otros estudiantes, de otras unidades académicas, reciben entre 50 y 80 mil pesos. ¿Por qué ese trato diferenciado?

Lo más indignante es la hipocresía. El Patronato UAN se mantiene, entre otros ingresos, de los recursos que genera este municipio. En el cuatrienio de Jaime Cuevas, se aportaron cerca de 200 millones de pesos. En el trienio de Mirtha Villalvazo y Lía Castro, 140 millones. Hoy, con Héctor Santana, ya van 70 millones más. Bahía de Banderas es, sin duda, el municipio que más ha contribuido a las arcas del Patronato. ¿Y qué recibe a cambio?

Nada. O peor: migajas.

El Patronato UAN, que se presume «autónomo», está en manos de un presidente impuesto por el Congreso, a propuesta del Gobernador. Y en este caso, el actual dirigente llegó por ser amigo de Miguel Ángel Navarro Junior, no por su trayectoria, ni por sus méritos académicos ni administrativos. El resultado: los recursos de Bahía terminan financiando los negocios de la mafia de la construcción en Tepic, mientras a nuestras estudiantes se les niega hasta la dignidad de una beca justa.

Eso es lo que indigna. Eso es lo que arde. ¿De qué autonomía universitaria hablan si el Patronato sirve a intereses políticos y no a la comunidad universitaria? ¿Cómo pueden mirar de frente a las estudiantes de Bahía cuando les dan las sobras de un banquete financiado con dinero de su propio municipio?

Aquí no se trata solo de dinero. Se trata de justicia. Y el Patronato UAN, una vez más, demuestra que está más cerca del poder… que de la educación.

                                                         
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