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Ciudad de México. Más de 50 por ciento de las niñas, niños y adolescentes de sienten angustiados o tristes cuando no tienen qué comer. Arroja datos preliminares de la Consulta Nacional Comer es nuestro derecho, de World Vision México y The Hunger Project México (THP).
En contextos urbanos 34.6 por ciento de la niñez consultada dijo sentir “angustia” y en los ámbitos rurales opinó lo mismo 39.9 por ciento.
Asimismo el sondeo que recoge más de 125 mil respuestas de infancias y adolescencias en las 32 entidades federativas del país confirma que existe un refuerzo en los roles de género y las actividades de tareas del hogar que realizan las niñas y las adolescentes en torno a la alimentación, lo cual es una “alerta que se agrava en contextos indígenas.
El escrutinio expone la existencia de una brecha de género significativa en relación con la tarea de cocinar: “El 62 por ciento de los niños y adolescentes hombres señalan que nunca han asumido esta actividad, en contraste con el 51.3 por ciento de las niñas y adolescentes mujeres”, indicó en conferencia de prensa Roberto Baeza, director de Incidencia y Estrategia de THP México.
La consulta, efectuada con respaldo del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), se realiza en un “momento clave, a un año de la promulgación de la Ley General de Alimentación Adecuada y Sostenible, y busca asegurar que las voces de las infancias y adolescencias sean consideradas en el diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas que les afectan”.
Montserrat Salazar, directora ejecutiva de THP México acotó que “desde The Hunger Project México, declaramos que el hambre no es la escasez de alimentos sino la falta de democracia, y la pobreza es la negación sistémica de los derechos, por ello, resulta clave generar las condiciones y promover un ecosistema que de espacio y vida a la participación de las infancias y adolescencias, particularmente aquellas que se encuentran en mayor desventaja”.
Asimismo, “la falta de dinero se identifica como el principal obstáculo para acceder a alimentos saludables, de acuerdo con el 45.8 por ciento de las niñas, niños y adolescentes consultados.
Respecto a las comidas que niñas, niños y adolescentes reciben durante el día, se observa que en contextos urbanos el en 18.5 por ciento de los consultados es más común el consumo de alimentos adicionales, como colaciones por la mañana y la tarde.
En contextos rurales solo el 15.2 por ciento indicó tener acceso a este tipo de alimentos entre comidas principales.
La consulta también revela que el 45.8 por ciento considera que la falta de dinero es el principal obstáculo para alimentarse bien, mientras que el 37 por ciento reporta acceso limitado a frutas, verduras, proteínas y grasas saludables. Este porcentaje se eleva al 45.4 por ciento entre infancias indígenas y al 40.9 por ciento en niñez en movilidad.
Malcom Aquiles Pérez, director de Incidencia en Políticas Públicas, Movilización y Salvaguarda de World Vision México acotó que “reafirmamos la importancia de garantizar que la voz de niñas, niños y adolescentes sea escuchada e incorporada en los procesos de toma de decisiones que les afectan. No se puede hablar de políticas alimentarias sin considerar sus testimonios, emociones y necesidades”.
El sondeo abarcó más de mil municipios y el 29.8 por ciento de las y los participantes se identificó como parte de una comunidad indígena. La mayoría de las respuestas provinieron de zonas rurales (53 por ciento).
La consulta también identificó afectaciones del cambio climático: la escasez de agua, las lluvias irregulares y el calor extremo impactan directamente en la producción y acceso a alimentos.
“Un dato alarmante es que solo el 34.1 por ciento vive en familias que producen sus alimentos, incluso en zonas rurales. Esto revela una pérdida de soberanía alimentaria familiar que afecta la estabilidad y continuidad del acceso a la comida”.