Mara Salvatrucha y cártel criminal: cómo se aliaron para expandir su presencia en México

La Ranfla Nacional de la Mara Salvatrucha expandió su estructura en México mediante vínculos con el CJNG y otros cárteles.

proceso.com.mx

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La estructura de liderazgo de la Mara Salvatrucha, conocida como la Ranfla Nacional, es el núcleo desde donde se han tomado las decisiones más relevantes para la expansión y operación de esta organización criminal transnacional. Durante dos décadas, la MS-13, nacida en Los Ángeles y fortalecida en El Salvador, ha logrado consolidar su presencia en Estados Unidos y Centroamérica, y ha extendido sus operaciones en México, donde ha establecido alianzas estratégicas con cárteles del narcotráfico, incluido el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Desde 2002, la Ranfla Nacional operó como la máxima instancia de mando de la MS-13. Aun cuando muchos de sus integrantes se encontraban en centros penitenciarios de El Salvador, esto no impidió que continuaran ordenando asesinatos, secuestros y extorsiones, así como negociando alianzas con otras organizaciones criminales.

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La acusación formal presentada en el Distrito Este de Nueva York en enero de 2021, detalló que la Ranfla Nacional dirigía las operaciones globales de la MS-13 y había establecido conexiones con varios cárteles mexicanos, como Los Zetas, el Cártel del Golfo, el Cártel de Sinaloa y el CJNG. Estas relaciones no solo facilitaron el tráfico de narcóticos y armas, sino que también fortalecieron la posición de la MS-13 en los corredores de tráfico que cruzan México hacia Estados Unidos.

Expansión estratégica de la Mara Salvatrucha en México

La expansión hacia México fue parte de una estrategia diseñada por la Ranfla Nacional para asegurar rutas de tráfico y diversificar sus fuentes de ingresos. Según documentos del Departamento de Justicia de Estados Unidos, varios de sus líderes fueron enviados a México con la misión de establecer relaciones con los cárteles de la droga y organizar operaciones de tráfico de armas, drogas y personas.

En este contexto, la MS-13 consolidó lo que las autoridades denominan el “Programa México”, una red de operaciones que permitió a la pandilla integrar sus actividades con las de grupos criminales locales y utilizar a México como base para expandir su influencia y mantener sus actividades ante la presión ejercida por Estados Unidos y el gobierno de El Salvador.

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El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha documentado que la Ranfla Nacional no solo buscaba apoyo logístico y acceso a rutas de tráfico en México, sino también el fortalecimiento de su brazo armado y la adquisición de armas de alto poder, incluyendo rifles de asalto, granadas y explosivos improvisados.

Alianzas de la MS-13 con cárteles mexicanos

Uno de los puntos más relevantes de esta expansión de la MS-13 fue la relación con cárteles mexicanos, en particular con el CJNG. Este cártel, liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, es considerado uno de los más poderosos y violentos de México y ha mostrado interés en colaborar con otras organizaciones para fortalecer su presencia en territorios clave.

La MS-13, por su parte, aportó a la alianza su amplia red de contactos en Centroamérica y Estados Unidos, su experiencia en el control territorial y su capacidad para realizar operaciones violentas. A cambio, el CJNG proporcionó apoyo logístico y acceso a recursos financieros y materiales, permitiendo a la MS-13 incrementar su capacidad operativa.

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De acuerdo con un reportaje publicado en La Prensa de Honduras el 17 de febrero de 2025, esta alianza permitió a la MS-13 fortalecer su presencia en México, acceder a cargamentos de droga y armas, y participar en la trata y el contrabando de personas a través de las rutas controladas por el CJNG y otros cárteles. La cooperación también incluía la eliminación de rivales, entre ellos migrantes sospechosos de pertenecer a la pandilla 18 o desertores de la MS-13.

Impacto en la región y el fortalecimiento de la Ranfla

La relación entre la MS-13 y el CJNG incrementó la capacidad de ambos grupos para operar en la frontera entre México y Estados Unidos. La Ranfla Nacional, a través de este programa, garantizó la continuidad de sus operaciones y generó nuevas fuentes de ingresos provenientes del narcotráfico y la extorsión.

La Fiscalía del Distrito Este de Nueva York señaló que esta expansión provocó un aumento en la violencia en regiones donde la MS-13 y sus aliados del CJNG disputaban el control territorial. Las operaciones incluyeron asesinatos, secuestros y extorsiones tanto en México como en comunidades estadounidenses donde la pandilla ya tenía presencia.

La designación de la MS-13 como organización terrorista en 2021 por el gobierno de Estados Unidos reflejó la gravedad de estas alianzas y el alcance transnacional de sus operaciones. Posteriormente, en febrero de 2025, el Departamento de Estado de EE.UU. incluyó al CJNG y a la MS-13 en la lista de organizaciones terroristas extranjeras, reforzando así su estrategia para combatir estas estructuras criminales.

De acuerdo con la agencia AP, la administración estadounidense advirtió que estas organizaciones representan una amenaza directa para la seguridad de la región, debido a sus tácticas violentas y su capacidad para influir en gobiernos locales y procesos electorales, como ocurrió en El Salvador.

La importancia del “Programa México” para la Ranfla

El diseño del “Programa México” respondió a la necesidad de la Ranfla Nacional de mantener su capacidad operativa frente a las acciones de las fuerzas de seguridad en El Salvador y Estados Unidos. La expansión al territorio mexicano permitió a la MS-13 no solo consolidar rutas de tráfico, sino también ampliar sus redes de extorsión y lavado de dinero.

Como parte de estas actividades, la MS-13 estableció campamentos de entrenamiento en México y participó en la compra de armas de alto poder, incluyendo lanzacohetes y artefactos explosivos. Además, la organización criminal utilizó estas alianzas para generar ingresos que financiaron su actividad terrorista en El Salvador y otras partes de Centroamérica.

Documentos judiciales estadounidenses señalan que líderes como Francisco Javier Román-Bardales, alias “Veterano de Tribus”, jugaron un papel central en el fortalecimiento de este programa, al supervisar las operaciones y coordinar directamente con representantes del CJNG y otros cárteles mexicanos.

Manipulación política y violencia en El Salvador

La Ranfla Nacional también utilizó su poder y sus alianzas para influir en la política salvadoreña. Según la acusación formal de 2021, la organización criminal negoció beneficios y concesiones con funcionarios del gobierno de El Salvador, incluyendo la reducción de homicidios a cambio de mejoras en las condiciones carcelarias y pagos en efectivo.

Cuando estas negociaciones se rompieron, la Ranfla ordenó una campaña de violencia que incluyó ataques contra fuerzas de seguridad y el asesinato de funcionarios públicos. Asimismo, la MS-13 manipuló el proceso electoral salvadoreño mediante el uso de la violencia para intimidar a la población civil y presionar al gobierno.

Respuesta de las autoridades

La creación de la Fuerza de Tarea Conjunta Vulcan (JTFV) por parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos en 2019 fue una respuesta directa al crecimiento y expansión internacional de la MS-13. Este grupo, integrado por diversas agencias federales, ha coordinado las investigaciones y acciones legales contra los líderes de la Ranfla Nacional.

En este marco, las autoridades estadounidenses han procesado a más de 80 miembros de la MS-13 en Nueva York por delitos como homicidio, extorsión, tráfico de drogas y lavado de dinero. Los fiscales han subrayado la importancia de desmantelar la estructura de mando de la organización y cortar sus vínculos con cárteles mexicanos como el CJNG.

La colaboración entre Estados Unidos, México y El Salvador ha sido clave para la captura y procesamiento de varios líderes de la MS-13. Uno de los casos más recientes fue la detención de Román-Bardales en marzo de 2025, quien fue localizado en Veracruz, México, y posteriormente trasladado a Nueva York para enfrentar cargos por terrorismo y narcotráfico.

                                                         
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