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Ciudad del Vaticano. Los cardenales de la Iglesia católica hicieron un llamado a la paz en Ucrania, Medio Oriente y otras regiones durante la misa de apertura previa al inicio del cónclave, que comenzó hoy a las 10 de la mañana hora local (2 de la madrugada tiempo de México), en la Capilla Sixtina, y que conducirá el camarlengo, el cardenal Kevin Farrell.
Durante la última reunión preparatoria desde el deceso de Francisco, el pasado 21 de abril, los purpurados conversaron sobre las finanzas vaticanas, los escándalos de las agresiones sexuales, la unidad de la Iglesia y el perfil del próximo papa.
Se esbozó el perfil de un dirigente que sea pastor, maestro de humanidad, capaz de encarnar el rostro de una Iglesia samaritana, cercana a las necesidades y heridas de la humanidad, indicó ayer el servicio de prensa del Vaticano.
De los 252 cardenales en funciones, sólo 133 tienen menos de 80 años y están en condiciones de participar en el proceso. De forma oficial, cualquier hombre católico puede ser elegido papa; sin embargo, en la práctica, desde hace siglos los pontífices han sido elegidos exclusivamente entre los cardenales.
Uno de los nombres más mencionados para suceder a Francisco es el del cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, quien desde 1990 reside en Tierra Santa. En octubre de 2023, durante el conflicto entre Israel y Hamas, ofreció intercambiarse por niños rehenes en Gaza. También ha reiterado su llamado a hallar canales de diálogo entre las partes.
No existe un límite de edad para convertirse en papa. Francisco asumió el cargo a los 76 años y lo ocupó hasta su muerte, a los 88. Antes que él, Benedicto XVI fue elegido a los 78 años y ocupó el papado durante sólo ocho años, hasta su sorpresiva renuncia a los 85.
Al iniciarse el proceso, se cortaron todas las señales telefónicas dentro del Vaticano para evitar cualquier influencia externa. Según lo dispuesto por las normas, los participantes deben abstenerse de usar teléfonos, acceder a Internet o mantener contacto con medios de comunicación durante el proceso.
El voto es secreto, como lo estipuló el papa Gregorio XV en 1621. Se requiere una mayoría de dos tercios para que un candidato sea proclamado papa. Para organizar las votaciones se sortean los nombres de nueve cardenales: tres actúan de escrutadores, tres de encargados de recoger los votos y tres más de revisores.
Aunque en algunos cónclaves recientes la elección tomó sólo dos días, como ocurrió en 2005 con Benedicto XVI y en 2013 con Francisco, esta vez se espera un proceso más largo. El cardenal Jean-Paul Vesco, arzobispo de Argel, aseguró a Il Corriere della Sera que hay al menos cinco o seis candidatos con posibilidades reales, pero ninguno con un apoyo claro.
El Vaticano difundió imágenes de la Capilla Sixtina con mesones cubiertos por telas marrones y rojas, donde aparecen los nombres de cada cardenal.