Algunas de estas pueden hacer daños incluso a personas sanas
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La dieta y la sana alimentación hace énfasis en la comida que se ingiere y no se ingiere, así como en las cantidades. Tienden a ser priorizadas las verduras y las frutas, mientras que los alimentos de origen animal y el azúcar son reducidos y, en algunos casos, eliminados.
Sin embargo, también es necesario mencionar la importancia de las bebidas, lo que bebemos puede ser muy benéfico para la salud y, a su vez, puede ser muy perjudicial. El agua simple y limpia es la mejor recomendación, mientras que otras opciones es mejor evitarlas.
Por esa razón, le preguntamos a la IA de ChatGPT que dijera cuál era la bebida más dañina para la salud, tomando en consideración opciones de fácil consumo, los estragos a corto, mediano y largo plazo así como los estudios que respaldan el daño que provocan.

De acuerdo con la información a su disposición, la IA considera a las bebidas azucaradas, es decir, refrescos y sodas, como las bebidas más perjudiciales para la salud humana.
Un factor clave que explica el daño causado por las bebidas azucaradas es su contenido de azúcares de absorción rápida, como el jarabe de maíz de alta fructosa. Estas sustancias son metabolizadas rápidamente por el organismo, lo que provoca picos de glucosa en la sangre. Este proceso, cuando se repite de manera constante, puede conducir al desarrollo de resistencia a la insulina, y, más adelante, diabetes tipo 2.
Las bebidas azucaradas contribuyen al desarrollo de diabetes, pero no es la única enfermedad que pueden propiciar. Según un estudio, se estima que los refrescos producen anualmente 133 mil muertes relacionadas con glucosuria, 45 mil por padecimientos cardiovasculares y 6 mil 450 por cáncer. Además, el consumo de este producto puede ser perjudicial incluso si su consumo es moderado.
Los refrescos destacan en comparación de otras opciones como el alcohol o las bebidas energéticas. Mientras que los efectos de los segundos tienden a concentrarse en grupos de alto consumo o con predisposición, las sodas tienen un espectro más amplio y pueden llegar a provocar daños en la salud de las personas sin obesidad ni enfermedades crónicas.
Además de lo antes mencionado, las bebidas azucaradas cuentan con una amplia disponibilidad y su consumo está normalizado desde la infancia. Este fenómeno se agrava por el carácter adictivo de los refrescos, derivado de la combinación de azúcar, ácido fosfórico y cafeína presente en muchas de sus variantes.
Otras bebidas poco recomendadas por la IA

Aunque los refrescos son los menos recomendadas por la IA, hay otras opciones de bebidas que también hacen un grave daño a la salud y lo mejor es evitarlas en la medida de lo posible.
Las bebidas energéticas pueden generar efectos adversos desde el primer consumo. A corto plazo, estas bebidas pueden provocar arritmias, insomnio y un aumento de la presión arterial; a mediano plazo, el consumo habitual puede derivar en dependencia de cafeína y ansiedad; en el largo plazo, los efectos acumulativos pueden resultar en daño cardíaco y posibles trastornos metabólicos.
El alcohol, especialmente en sus formas destiladas y cuando se consume con frecuencia, también representa un peligro significativo. En el corto plazo, puede causar intoxicación y generar alteraciones cognitivas; a mediano plazo, el consumo regular puede llevar a la dependencia y al desarrollo de daño hepático incipiente; en el largo plazo, los riesgos incluyen cirrosis hepática, el desarrollo de varios tipos de cáncer y trastornos mentales.
Por último, los jugos industriales, incluso aquellos que se promocionan como “naturales”, también pueden ser perjudiciales para la salud. En el corto plazo, su consumo puede provocar un aumento rápido de glucosa; a mediano plazo, el consumo habitual incrementa el riesgo de desarrollar obesidad abdominal, hipertensión y niveles elevados de glucosa en sangre; a largo plazo, los efectos pueden incluir diabetes tipo 2 y caries.