Colectivos de buscadores de desaparecidos cuestionaron que la visita se organizara como un “tour” en el que solo podían ingresar por 15 minutos. “Yo no vengo a ver un museo”, reclamaron.
GUADALAJARA, Jal. (apro).— Las personas buscadoras que este jueves ingresaron al rancho Izaguirre, ubicado en el municipio de Teuchitlán, Jalisco, calificaron la visita al sitio como un “circo, burla, farsa”, cuestionaron que se le haya dado un tono de “tour” al recorrido de un lugar de dolor, en donde hubo sufrimiento y en el que presuntamente se cometieron graves delitos.
Desde Guadalajara viajó una gran comitiva conformada por vehículos oficiales y particulares, incluyendo 12 autobuses; nueve transportaban periodistas y dos camiones movilizaron a integrantes de colectivos de búsqueda de personas, representantes de organismos defensores de Derechos Humanos, miembros de asociaciones civiles, académicos y un gran número de funcionarios públicos, sobre todo del gobierno de Jalisco y del federal.
El acceso al lugar se caracterizó por un desorden notable, culminando en un portazo cuando buscadores y reporteros se desesperaron por la lentitud del ingreso al interior de la propiedad, lo que se agravó por el calor de más de 30 grados al sol en la zona abierta.
El ingreso forzado al lugar fue atestiguado por observadores como los que iban del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad), quienes refirieron que la situación exhibió una falta de organización que generó tensión entre los asistentes.
“Ante la irresponsabilidad de las autoridades de no preparar previamente la logística de la visita, las familias y colectivos de búsqueda deciden unirse y romper la protección del primer filtro para caminar hacia el rancho Izaguirre. Desde Cepad reiteramos la exigencia para que las autoridades actúen con responsabilidad y sensibilidad hacia las familias buscadoras”, se quejó el organismo de la sociedad civil.
Aunque al principio el acceso parecía controlado y demarcado con cintas de “sitio del crimen”, la frustración creció al encontrarse con mucho personal custodiando el lugar y pocos peritos trabajando.
Las quejas no se hicieron esperar. Patricia Sotelo, del colectivo “Huellas de Amor”, criticó las breves visitas guiadas que comparó con un recorrido turístico, donde apenas se les permitía observar superficialmente sin acceder a la investigación más a fondo.
“Desde que te subes a la camioneta, desde que llegas de tu camión, que la Fiscalía nos apoyó con transporte, pensamos que íbamos a entrar juntos, no, nos dividieron por grupo y nos dieron indicaciones, ‘que tenías de 15-20 minutos para entrar, nosotros, yo no vengo a ver un museo, no vengo a un zoológico”, declaró.
Esta percepción fue compartida por otras madres buscadoras, quienes sintieron que su esfuerzo y esperanza fueron en vano. Fue el caso de María Dolores Michel Covarrubias, integrante del colectivo Huellas de Amor.
“Desgraciadamente nos dieron 15 minutos, en un ‘recorrido turístico’ se podría decir de terror porque exactamente entramos, miramos hacia los lados y nada más, no podemos entrar a ningún lado, o sea, yo no sé de qué se trata, nos habían invitado a venir, a ver si reconocemos algo, porque no pudimos ver absolutamente nada, o sea nada más entras 15 minutos y vas para afuera”, apuntó María Dolores.
Por su parte, el Colectivo de Guerreros Buscadores de Jalisco expresó indignación ante la ausencia de personal forense, calificando la visita de las autoridades de engañosa. Raúl Servín, integrante de este colectivo, relató el impacto emocional de la visita, calificándola como un teatro montado por las autoridades sin posibilidad de esclarecer las desapariciones.
Raúl Servín expresó frustraciones con las autoridades y preocupaciones sobre las investigaciones de la desaparición de numerosas personas y compartió que el hallazgo lo dejó marcado.
“El 5 de marzo es un día inolvidable y quedó marcado en mi vida y yo lo he dicho, hasta la fecha no he podido conciliar el sueño, no puedo dormir del pensar cómo les quitaron la vida a estas personas, el ver todo lo que encontramos aquí adentro, que nunca vamos a saber la verdad, qué fue de ellos, si fueron llevados a trabajar a un lugar, si fueron, si les quitaron la vida aquí en este lugar, pues, ahora cuál palabra puede precisar el hecho de que desde que llegamos a la FGR todo el teatro que se armó la FGR”, apuntó.
Servín alega que las autoridades han estado retrasando deliberadamente sus esfuerzos de búsqueda y no han sido transparentes con la investigación. También afirma que las autoridades han estado utilizando la búsqueda de personas desaparecidas como pretexto para evitar trabajar en otros casos.
Raúl Servín identificó tres puntos específicos dentro del rancho como áreas importantes para una mayor investigación.
El área con las llantas. Mencionó que llamadas anónimas habían indicado la presencia de cuerpos enterrados cerca de las llantas.
El área con el adoquín. Dijo que las llamadas anónimas también sugirieron que un descubrimiento significativo podría hacerse cerca de esta área.
Agregó que también en la bodega-almacén es un punto donde podrían encontrarse indicios o pruebas de algún delito. Recordó que en el segundo piso de la construcción que está al ingresar a la propiedad se encontró ropa, el calzado y otros artículos personales.
Raúl Servín y el colectivo del que forma parte compartió que, para ellos, la ausencia del fiscal Alejandro Gertz Manero es una “burla” y una demostración de que fueron despreciados. Consideraron que el fiscal general había hecho una falsa promesa de venir a Jalisco y reunirse con ellos, ya que por la mañana mencionó que no estaba seguro de si vendría (al rancho Izaguirre).
Además, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco destacó la necesidad de ampliar la investigación a otros sitios como el rancho de La Vega, señalado también como un presunto campo de reclutamiento forzado, en donde cerca de 60 personas fueron liberadas y dos detenidas apenas el 29 de enero pasado.
Mientras tanto, el colectivo Luz de Esperanza denunció que sus representantes fueron olvidadas en la cabecera de Teuchitlán tras una parada al sanitario, quedando sin transporte al regresar.
“De parte del colectivo Luz de Esperanza Desaparecidos Jalisco, queremos hacer una denuncia pública que también daremos seguimiento por la vía legal. Hoy, las compañeras y la presidenta del colectivo, Liliana Mesa, estuvieron presentes en el montaje del tour al rancho Izaguirre en Teuchitlán. Pidieron permiso, se separaron de los camiones para ir al baño y, al regresar, ya no estaban los camiones. Las dejaron en el pueblo de Teuchitlán y los camiones continuaron al rancho. Tuvieron que pedir apoyo a una patrulla para que las llevara de regreso al rancho. Era responsabilidad de la Fiscalía General de la República llevar a las compañeras sanas y salvas. ¿Por qué las dejaron en el municipio? ¿Por qué no las esperaron? ¿Por qué no les brindaron acompañamiento? Pudo haber pasado mil cosas, y considerando la situación de violencia actual en Teuchitlán, esto constituye un abuso de autoridad y un desdén hacia las familias, lo cual es terrible”, manifestó el secretario general de la organización de búsqueda, Héctor Flores.
La jornada dejó un llamado urgente a las autoridades para que realicen un trabajo más profesional y comprometido en la búsqueda de los desaparecidos, mientras los asistentes continúan demandando respuestas concretas a una situación cada vez más angustiante.