Los grupos criminales confiscan documentos de identidad para forzar a grupos vulnerables a involucrarse en situaciones de riesgo
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Para millones de migrantes, Estados Unidos ha representado una oportunidad para alcanzar mejores condiciones de vida, pues se posiciona como una alternativa para “refugiarse” de dificultades económicas, inestabilidad política o el ambiente de violencia que impera en diversos países de Latinoamérica. Sin embargo, el proceso de cruzar las fronteras hasta la Unión Americana conlleva innumerables riesgos.
En su más reciente Evaluación Anual de Amenazas, la Comunidad de Inteligencia de EEUU detalló algunos de los delitos que grupos criminales, especialmente aquellos establecidos en México, perpetran en contra de las y los migrantes que buscan alcanzar el “sueño americano”.
El documento especifica que estas organizaciones delictivas a menudo se aprovechan de la vulnerabilidad de estas personas para cometer secuestros extorsivos, así como trabajos forzados y tráfico sexual.
“Por ejemplo, algunas víctimas son obligadas a pagarle a los traficantes [”coyotes”] a través de servidumbre por deudas una vez que llegan a EEUU”, establece el informe. En otras palabras, las personas migrantes son sometidas a realizar trabajos en condiciones de esclavitud para cubrir la cuota por haberles ayudado a cruzar la frontera.
Las personas que son captadas por el crimen organizado en estos contextos también suelen ser obligadas a desempeñar trabajos en el sector pesquero y agrícola, así como en la industria cárnica, a cambio de salarios muy bajos. El documento elaborado de manera conjunta por 16 agencias del gobierno estadounidense refiere que incluso hay registros de migrantes que son llevados a laborar en cultivos ilegales de marihuana.

“Traficantes de personas foráneos y establecidos en EEUU explotan a personas y grupos vulnerables prometiéndoles empleos bien remunerados, confiscándoles sus documentos de identidad y coaccionándolas para involucrarse en actividades de alto riesgo y para trabajar en condiciones inhumanas”, puede leerse en el reporte.
Las investigaciones sostienen que, de forma adicional, las organizaciones criminales implicadas en el contrabando de personas también podrían estar vinculadas a actividades que “amenazan a los Estados Unidos”, como estafas, trasiego de drogas y trafico de armas.
Las millonarias ganancias del crimen organizado a costa de los migrantes
En un informe sobre este tema elaborado en junio de 2018 por el Proyecto de Investigación de Políticas adscrito a la Universidad de Texas clasifica las distintas interacciones entre migrantes y el crimen organizado en dos categorías.
Por un lado están los llamados delitos transaccionales, entendidos como aquellos casos en que los migrantes aceptan involucrarse en actos delictivos “para poder facilitar sus trayectos”. Ejemplos de estas interacciones son visibles en el pago de cuotas a los grupos criminales, o bien, en la aceptación de las y los migrantes de ayudar a criminales a cruzar droga hacia EEUU.

Una segunda categoría es denominada por el estudio como delitos predatorios, en los que los migrantes “no brindan ningún tipo de consentimiento y además son víctimas”. En este catálogo de ilícitos destacan el robo, trata de personas, secuestro, extorsión, agresión sexual y abandono.
La investigación encabezada por Stephanie Leutert, a partir de datos conservadores, estimó que el crimen organizado generaba en ese entonces un aproximado de 134 millones de dólares al año —dos mil 700 millones 461 mil 800 pesos al tipo de cambio actual— por cometer crímenes contra migrantes.
Al desglosar las actividades ilícitas que representan un ingreso a las organizaciones delictivas, las y los autores del reporte apuntan que las cuotas de piso son la más lucrativa, pues calcularon que obtenían al menos 400 dólares por cada persona y aproximadamente 60% de los migrantes habrían realizado este pago.
En segundo lugar, las y los investigadores consideraron que el secuestro extorsivo sería el segundo crimen más provechoso para estos grupos, pues aunque la proporción de víctimas es menor, se presume que por cada una obtendrían ganancias de aproximadamente cinco mil 165 dólares.
“Aunque es probable que continúen existiendo factores clave que impulsan la migración en el hemisferio occidental, como la delincuencia, la pobreza y la represión política, el aumento de la seguridad fronteriza y las políticas de deportación masiva probablemente sirvan para disuadir a los migrantes que intentan cruzar ilegalmente las fronteras estadounidenses”, consideró el grupo interinstitucional.
Durante las primeras ocho semanas de la administración de Trump, el gobierno de México recibió un total de 24 mil 413 personas deportadas, entre las que se encontraban mil 567 de origen extranjero.