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A espaldas de su bancada, la vicecoordinadora de Morena, Gabriela Jiménez Godoy, habría ofrecido al PAN 100 votos para incluir en la reforma contra el nepotismo la prohibición de que los hijos o familiares de presidentes no puedan ser candidatos a ese mismo cargo sino hasta 10 años después del término del mandato.
El coordinador, Ricardo Monreal, reveló el pacto, pero más tarde Jiménez Godoy afirmó que sólo recibió la reserva del PAN, que no la leyó y nunca les dije que sí.
Jiménez –quien junto con su esposo, Édgar Garza, construyó la asociación Que Siga la Democracia, que ahora busca su registro como partido– ofreció votos de Morena a cambio de que los panistas respaldaran que la medida contra el nepotismo se aplicara desde 2027, como propuso la Presidenta.
Tras concluir la sesión de ayer del círculo de lectura que encabeza en San Lázaro, Monreal les confió a algunos de sus compañeros presentes que el panista Federico Döring había negociado con Jiménez Godoy y otros diputados guindas, que se acercaron al PAN.
“Los buscaron (a los panistas) sin autorización del grupo (legislativo de Morena), y le dicen a Döring: ‘yo traigo 100 votos’. A mí me lo dijo Döring: ‘100 votos nos ofrecieron (Jiménez y otros morenistas)’ y nosotros (el PAN) les dijimos: ‘sí, a cambio de que los López (Beltrán) estén 10 años fuera’”, narró el zacatecano.
Ante dicha contrapropuesta del blanquiazul, Jiménez –cuyo esposo es sujeto de un proceso interno en la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena por intentar crear un partido paralelo– habría accedido con la frase ¡órale!, según contó Monreal.
Enseguida, el coordinador de Morena descalificó a Jiménez Godoy: ¡pero cómo vas a negociar tú eso! Pero, además, ¿por qué?
Jiménez fue una de las 14 diputadas de Morena que el martes abandonaron el salón para no avalar la reforma antinepotismo en los términos en que quedó. También se ausentaron el vicecoordinador Alfonso Ramírez Cuéllar y Napoleón Gómez Urrutia. Otros cuatro se abstuvieron, y María Teresa Ealy, amiga de Jiménez, votó en contra.
Ramírez Cuéllar se deslindó del pacto: Yo nunca hablé con los panistas y el único autorizado para negociar es el coordinador o quien autorice el grupo. Estamos totalmente unidos, reconocemos toda la autoridad y liderazgo del coordinador.
Más tarde, en conferencia de prensa, Monreal negó división en la bancada y acotó que no está prohibido dialogar con otros grupos parlamentarios. Yo no soy celoso. Aquí estamos libres de hacer lo que queramos. Ni modo que yo les prohíba que platiquen. El grupo nuestro es muy libre, muy consciente. A nadie se necesita torcerle el brazo ni amenazarlo.
Jiménez Godoy admitió que ella se acercó con todas las bancadas para cabildear dicha postura y dijo que Ramírez Cuéllar estuvo enterado. Sostuvo que si no consultó con Monreal fue porque, como vicecoordinadora, no necesito permiso.
La primera infidencia de las negociaciones fue del coordinador del PAN, Elías Lixa: quienes se sentaron a platicar y tenían un férreo interés en hacer modificaciones fueron quienes se subieron a la tribuna para decir que siempre no y retiraron sus reservas. O no les dieron permiso, o entre ellos no se pusieron de acuerdo.