Día de los Amores Imposibles, qué son y por qué se les rinde homenaje el 16 de febrero

En contraste con el Día de San Valentín, esta fecha recuerda las historias de amor que nunca se concretaron

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Cada 16 de febrero, en diversos países del mundo, se conmemora el Día de los Amores Imposibles, una celebración dedicada a recordar esos romances que, por diversos motivos, no lograron materializarse, ya sea porque no fueron correspondidos, estaban prohibidos, se quedaron en un sentimiento meramente platónico o la flama del enamoramiento llegó a su fin.

Estas experiencias, aunque a menudo dolorosas, forman parte de la historia de cada persona y ayudan a comprender mejor las emociones presentes y pasadas, así como el sentido y el valor personal que se le adjudica a las relaciones, por ello, al dedicar un día a estos sentimientos, se reconoce su importancia y se abre un espacio para la introspección y el aprendizaje.

Aunque no existe una explicación oficial sobre por qué se eligió esta fecha en particular, es una ocasión especial para recordar y reflexionar sobre las relaciones que dejaron una marca emocional profunda a pesar de no haber tenido un desenlace feliz. Así, este día contrasta con la celebración del amor correspondido el 14 de febrero, otorgando protagonismo a los sentimientos no concretados que persisten en la memoria.

Qué es un amor imposible

Los amores imposibles son aquellosLos amores imposibles son aquellos en los que el deseo de estar con alguien se ve truncado por barreras insalvables, ya sea por circunstancias, tiempos o destinos que no se cruzan.

El concepto de amor imposible ha sido analizado desde diversas perspectivas, incluyendo la psicológica. Según el psicólogo Javier Álvarez, del Gabinete de Psicología Málaga, este tipo de amor se refiere a aquellos sentimientos que, por diversas razones, no pueden culminar en una relación plena y mutua. El especialista detalla que entre las principales causas, se encuentran los amores no correspondidos, las barreras sociales y culturales, y las diferencias irreconciliables.

De acuerdo con Álvarez, los amores no correspondidos son una de las formas más comunes de amor imposible; en estos casos, una persona experimenta un amor profundo hacia alguien que no siente lo mismo, lo que termina en un ciclo de esperanza y desilusión. Por otro lado, las barreras sociales y culturales también juegan un papel importante, ya que las diferencias en clase social, religión o cultura a veces se convierten en obstáculos insuperables para una relación.

Finalmente, las diferencias irreconciliables entre dos personas, como valores opuestos, objetivos de vida incompatibles o personalidades conflictivas, pueden hacer que incluso un amor mutuo sea inviable.

Por otro lado, el psicólogo Bernardo Peña Herrera, en un artículo publicado en la revista La Mente es Maravillosa, clasifica los amores imposibles en tres categorías principales: el amor fantasma, el amor narcisista y el amor difícil.

El amor fantasma se caracteriza por la idealización de una persona, atribuyéndole cualidades que en realidad no posee. Según Peña Herrera, este fenómeno, conocido en términos psicoanalíticos como amor anaclítico, se relaciona con la tendencia a proyectar en alguien las características de figuras significativas de la infancia, por lo que, en este caso, el enamoramiento no se basa en la realidad, sino en una construcción imaginaria.

Por su parte, el amor narcisista se centra en la búsqueda de alguien que refleje las cualidades que la persona admira en sí misma o que desearía tener. Este tipo de amor, según el especialista, puede derivar en una constante insatisfacción, ya que encontrar a alguien que cumpla con estas expectativas resulta extremadamente difícil, motivo por el que las personas que persiguen este tipo de amor suelen acumular fracasos amorosos y, en muchos casos, terminan solas.

Finalmente, el amor difícil se refiere a aquellas relaciones que, aunque resultan atractivas por su complejidad para algunos individuos, enfrentan obstáculos que las hacen prácticamente imposibles. Este tipo de amor suele estar más vinculado a la atracción física y al deseo pasional que a una conexión emocional profunda, por lo que, según Herrera, incluso si se lograran superar las dificultades, es probable que el interés disminuya con el tiempo.

Por qué nos interesamos en los amores imposibles

Desde impedimentos socioculturales hasta expectativasDesde impedimentos socioculturales hasta expectativas irreales, son factores que definen estos enamoramientos

Desde la perspectiva de la psicología psicoanalítica, los amores imposibles suelen estar relacionados con experiencias de la infancia. Según el artículo publicado por Bernardo Peña Herrera, el llamado complejo de Edipo no resuelto influye en la tendencia a enamorarse de personas inalcanzables.

El especialista explica que, durante los primeros años de vida, los niños desarrollan un apego emocional hacia sus padres, a pesar de ser conscientes de que no es posible concretar ese tipo de relación. La forma en que esta etapa se resuelve y el trato recibido por parte de los padres pueden determinar si una persona queda atrapada en un patrón de enamorarse de personas que no pueden corresponderle.

Además, Herrera sugiere que estos patrones pueden generar conflictos emocionales y dificultar la manera en que se establecen vínculos saludables en la vida adulta, por lo que es importante reflexionar sobre las propias expectativas, necesidades y experiencias pasadas.

Cómo superar un amor imposible

Superar el dolor emocional requiereSuperar el dolor emocional requiere tiempo y esfuerzo.

Enfrentar un amor imposible es una de las experiencias más desafiantes a nivel emocional. Según el psicólogo Juan Armando Corbin, este tipo de situaciones afecta el bienestar mental de quienes lo padecen, por lo que propone cinco pasos esenciales para superar este tipo de desamor.

El primer paso, según explicó Corbin, es alejarse de la persona que representa el objeto de ese amor imposible. Este distanciamiento es crucial para interrumpir lo que el psicólogo describe como un “circuito cerebral del refuerzo”, en el que cada interacción o recuerdo relacionado con esa persona activa una respuesta neuroquímica que perpetúa el apego emocional y dificulta el proceso de superación. Corbin enfatizó que no se trata de evitar a esa persona para siempre, sino de permitir que pase un tiempo suficiente para que el cerebro debilite esos vínculos emocionales. La duración de este periodo puede variar dependiendo de factores como la autoestima, el apoyo social y las experiencias previas de la persona afectada.

Otro aspecto fundamental es aceptar la realidad de la situación. Según Corbin, reconocer que este tipo de amor es, por definición, imposible, es un paso esencial para avanzar, pues aunque el dolor es inevitable, la actitud que se adopte frente a esta realidad puede marcar la diferencia. Al respecto, el especialista subrayó que evitar afrontar la situación sólo prolongará el sufrimiento, mientras que aceptar el hecho permitirá a la persona comenzar a sanar.

Compartir los sentimientos con alguien de confianza es el tercer paso en este proceso, pues no debe enfrentarse este tipo de dolor en soledad. Hablar con un amigo cercano o una persona de confianza puede ser una forma efectiva de liberar parte de la carga emocional y recibir apoyo en los momentos más difíciles.

El cuarto paso implica seguir adelante con la vida y trabajar en el amor propio. Según el psicólogo, es crucial evitar la parálisis emocional que puede surgir de la obsesión por un amor imposible, en su lugar, recomienda establecer metas personales y trabajar en ellas, incluso si al principio no resulta fácil.

Finalmente, Corbin enfatizó la importancia de buscar ayuda psicológica en los casos en los que el dolor emocional se vuelve abrumador o paralizante, ya que en algunas situaciones, el amor imposible puede estar vinculado a problemas subyacentes como baja autoestima o dificultades en las habilidades sociales.

                                                         
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