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Comentarios de la Bahía

Por Nayar Araiza López

Menos futurismo, más trabajo en Puerto Vallarta y Bahía de Banderas

• Cuando el bienestar de la Bahía se juega en presente y los adelantados ya hacen quinielas rumbo a 2027

• Hoy, el reto es sostener el ritmo de inversión, contener los problemas sociales que llegan con el turismo masivo y demostrar que la conurbación no es un discurso sino una realidad funcional

¡Válgame Dios con los futurólogos de escritorio! A apenas siete meses de haber tomado el timón de las alcaldías de Bahía de Banderas y Puerto Vallarta, ya se desató la romería de aduladores que –con la misma facilidad con la que cobran su “chayote”– ya acomodan tanto a Héctor Santana como a Luis Munguía en la las boletas para las próximas elecciones: uno para la gubernatura de Nayarit, el otro para la de Jalisco… y, por si faltara en las elucubraciones, al Arquitecto lo despachan directo al Congreso ya que los tapatíos relevan gobernador hasta el 2030.

Lo cierto es que, por primera vez en décadas, los dos municipios que comparten una sola bahía están remando la barca en la misma dirección, ya que también cuentan con el respaldo del mandatario nayarita Miguel Ángel Navarro y de Jalisco Pablo Lemus, quienes apenas esta semana se reunieron para tejer una importante agenda común de conectividad, crecimiento económico y –¡milagro!– coordinación institucional, y es que recordemos que no se ha avanzado en la homologación de leyes estatales y normativas municipales para asegurar una plena conurbación, por situaciones de mero celo territorial. Esta es la noticia que debería ser motivo del análisis, no la especulación barata que sólo infla egos y rompe equipos.

Pero los mismos “gurús” del “quítense que ahí les voy” insisten en vender humo, ya que inventan sucesores, siembran recelos y envenenan los pasillos de gobierno, como si la prioridad fuera disputarse la silla y no gobernar bien en el presente. El resultado es un juego macabro de desconfianzas donde las y los servidores públicos terminan mirando de reojo al compañero, “no vaya a ser que también quiera la corona”.

Y es que hay quienes desde el interior de ambas administraciones, les dan carreta a estos “especuladores profesionales” por supuestas asesorías de comunicación, pero lo único que hacen es sembrar discordia en los equipos de los presidentes, los menciono porque son los “mismos” que se colaron aquí y allá “vendiendo espejitos” a dos que tres “asesores miopes”, más marcado en caso de Héctor Santana que en el de Luis Munguía, muy difíciles de quitar como las garrapatas por “supuestos compromisos”. Pero lo que deberían hacer es que “dejen trabajar en sana paz a los alcaldes.

Que Héctor Santana consolide su política de cercanía con la gente y disciplina financiera que ya lo coloca en reconocimiento nacional y su nombre trasciende las fronteras de su municipio, en donde ya logró una recaudación histórica materializada en ya casi 2 mil millones directo a obra pública en apenas 7 meses; que Luis Ernesto Munguía materialice las obras de movilidad Vallarta exige y recupere la administración del desastre que le dejaron, para que continúe fortaleciendo la relación con su gobernador Pablo Lemus, con quien ya logró una gestión también histórica de una inversión de más de 2500 millones de pesos para obras.

Ya habrá tiempo para el futurismo electoral cuando el calendario lo marque. Hoy, el reto es sostener el ritmo de inversión, contener los problemas sociales que llegan con el turismo masivo y demostrar que la conurbación no es un discurso sino una realidad funcional. A los que viven de la especulación les queda un consejo: cambien de oficio o, al menos, de libreto. Porque el desarrollo de la Bahía no admite distracciones, y su futuro –el real, no el imaginado– se escribe con hechos, no con filtraciones interesadas de quienes les dan carreta con suculentos “chayotes” mal invertidos. Va.

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