Unos 5.8 millones de inmigrantes, tanto indocumentados como legales, se incorporaron a la fuerza laboral estadunidense durante el mandato del expresidente Joe Biden.
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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Las redadas esporádicas y masivas contra inmigrantes indocumentados en los 50 estados de la Unión Americana, han generado miedo en las personas con estatus irregular -en presencia y materia laboral-, muchas de las cuales dejaron de ir trabajar por temor a ser deportadas.
Desde el pasado 6 de junio, día en que el gobierno del presidente Donald Trump intensificó las medidas antimigrantes, la Cancillería mexicana tiene registradas las detenciones de 222 connacionales en diversas localidades de Estados Unidos, incluyendo Los Ángeles, lo que eleva a mil 154 el número de mexicanos detenidos desde el arranque del mandato del magnate republicano, el pasado 20 de enero.
Con la ofensiva de Trump, se comenzó a reducir la plantilla de trabajadores en el territorio estadunidense. Expertos señalaron que, si la campaña de deportación se intensifica, el país norteamericano podría perder a cientos de sus empleados “cruciales para la economía nacional”.
Unos 5.8 millones de inmigrantes, tanto indocumentados como legales, se incorporaron a la fuerza laboral estadunidense durante el mandato del expresidente Joe Biden.
Se estima que actualmente hay 32.7 millones de inmigrantes en la fuerza laboral, lo que representa casi uno de cada cinco trabajadores, de acuerdo con “El Financiero”.
Además, las medidas de la Casa Blanca ya alcanzaron a personas que cuentan con visas de estudiante, con permisos de trabajo temporales y otras protecciones otorgadas a inmigrantes por mandatarios anteriores.
“Estamos aterrorizados”: trabajadores dejan sus empleos por miedo
Las redadas contra inmigrantes indocumentados, han surtido el efecto esperado por Trump: infringir miedo en millones de personas, muchas de las cuales han vivido y trabajado en Estados Unidos durante décadas.
Víctor Morán, director de la empresa de limpieza “Total Quality” en Maryland, afirmó que unas 15 personas han dejado su compañía desde que el presidente ganó una batalla legal para despojar a los inmigrantes de Venezuela y Nicaragua de las protecciones temporales que evitan su deportación, de acuerdo con BBC.
Adam Lampert, director ejecutivo de Cambridge Caregivers and Manchester Care Homes -que ofrece servicios de asistencia y atención domiciliaria- en Texas, dijo que aproximadamente el 80% de sus 350 empleados son extranjeros.
También sostuvo que las decisiones de Trump causaron la salida de algunos de sus trabajadores, los cuales contaban con permisos temporales, y expresó su preocupación por las repercusiones en su empresa, derivadas de las medidas represivas del gobierno.
Otro testigo citado por la cadena estadunidense fue Justino Gómez, de 73 años, originario de El Salvador y residente en el país vecino desde hace 30 años.
«Estamos aterrorizados (…) Cada vez que salgo de casa, siento mucho estrés. Incluso cuando voy al metro, temo que el ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) esté ahí esperando para secuestrarnos», sostuvo Gómez.
El hombre trabaja como limpiador en Estados Unidos bajo el programa Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), que otorga permisos de trabajo temporales y protección contra la deportación. Sin embargo, Trump ya tomó medidas a fin de terminar con programas similares para nacionales de Haití y Venezuela.
Independientemente de cuál sea la siguiente decisión del magnate republicano, los trabajadores extranjeros, tanto regulares como irregulares, se mantienen alerta para no ser detenidos.
Expertos advierten un impacto económico
Analistas afirmaron que la ofensiva de Trump podría afectar su economía a corto plazo, debido a que incita a los trabajadores a esconderse, lo que dificulta cubrir las vacantes disponibles en las compañías.
A medida que las empresas tengan más dificultades para encontrar trabajadores, se limitará su capacidad de crecimiento, lo que ralentizará la economía, advirtió el economista Giovanni Peri, de la Universidad de California en Davis, citado por BBC.
Además, la reducción de la fuerza laboral podría impulsar la inflación, al obligar a las empresas a pagar más para contratar personal.
“Si las políticas se mantienen, podrían tener consecuencias económicas de gran alcance (…) En lugar de ser un motor de crecimiento, se convertirá en una economía más estancada, de crecimiento más lento y menos dinámica”, añadió Peri.
Recientemente, Trump admitió que sus medidas represivas contra la migración estaban perjudicando a las empresas estadunidenses y dijo que se realizarían cambios en las políticas para abordar la escasez de trabajadores:
“Nuestros grandes agricultores y la gente del sector hotelero y de ocio han estado afirmando que nuestra política migratoria tan agresiva les está quitando trabajadores muy buenos y con muchos años de experiencia, y que esos empleos son casi imposibles de reemplazar. Debemos proteger a nuestros agricultores, pero sacar a los criminales de Estados Unidos. Se avecinan cambios”, sostuvo Trump en Truth Social.
Aunque la publicación pareció ser un reconocimiento del mandatario sobre los riesgos para la economía, continúan sus esfuerzos por intensificar las deportaciones.
Este martes 1 de julio, el magnate republicano inauguró en Florida, un centro de detención migratorio, con capacidad para hacinar a 5 mil personas, el cual está rodeado de pantanos infestados de lagartos, hecho del cual incluso el presidente irónicamente aludió a que los reptiles se harían cargo de los inmigrantes que pretendan escapar del lugar de encierro.