Comentarios de la Bahía

Por Nayar Araiza López

Francisco Haro entre acusaciones irresponsables y finanzas opacas en el SPAUAN

• ¿Desesperación sindical o cinismo político?

• Maestros excluidos por cálculo político

• Transparencia ausente y reclasificaciones ilegales

El colmo de la desesperación parece haber invadido al aún Secretario General del SPAUAN, Francisco Haro Beas, quien en plena clausura de los juegos deportivos en Acaponeta lanzó una serie de acusaciones irresponsables y sin pruebas contra el candidato opositor a su planilla, señalando la intervención del Gobierno del Estado, partidos políticos y hasta del grupo empresarial Álica. Como si fuera poco, Haro Beas descendió al ridículo, afirmando que «la maña» estaba financiando el proceso interno debido al supuesto gasto excesivo. Una afirmación delirante, más digna del desvarío que de un dirigente sindical responsable.

Maestros excluidos por cálculo político

En su ataque sin sustento, Haro omitió convenientemente que cientos de docentes solicitaron en tiempo y forma su reincorporación al sindicato, algo que él mismo bloqueó desde su posición de control del padrón sindical. Esto evidencia claramente un intento mezquino de evitar que estos maestros participen en la elección interna, sabiendo que no votarían por su candidato. Peor aún, arremete contra maestros que, aunque participaron como candidatos en procesos políticos externos, siguen siendo docentes con plenos derechos dentro de la institución. ¿Quién le otorgó la autoridad a Pancho Haro para decidir qué maestros tienen derecho a expresarse y cuáles no?

Transparencia ausente y reclasificaciones ilegales: el legado de Haro Beas

La verdadera historia detrás de las maniobras de Francisco Haro es mucho más turbia. En su gestión, y de manera ilícita, otorgó más de cien reclasificaciones fuera de convocatoria, beneficiando descaradamente a exdirectores y exsecretarios seccionales, bajo complicidad con su sobrino Juan Carlos Mariscal Haro, exsecretario de Finanzas en la tristemente célebre administración del exrector Nacho Peña. Todo esto avalado por su actual candidato, quien evidentemente comparte su visión torcida del sindicalismo, ya que los integrantes de su planilla son exactamente los mismos, cuya firma se encuentra plasmada en el Contrato Colectivo mutilado y cláusulas suspendidas, sin haber luchado por conservarlas.

¿Y dónde quedaron los millones, Pancho? Durante los seis años de su controvertido mandato, Haro Beas tuvo bajo su control cerca de 70 millones de pesos provenientes de aportaciones docentes, rentas de locales y apoyos institucionales. Dinero del cual, hasta ahora, no existe claridad ni transparencia alguna.

Urgen respuestas claras y públicas a preguntas básicas: ¿Dónde están esos 70 millones de pesos? ¿Cómo y en qué fueron gastados? ¿A quién se rindieron cuentas sobre este manejo financiero?

La transparencia financiera no es un capricho, sino un derecho de todos los profesores que aportan cada peso. El SPAUAN, bajo Haro Beas, parece haber olvidado las leyes esenciales que regulan la transparencia y rendición de cuentas, ignorando la Ley General de Transparencia, la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas, así como la Ley de Responsabilidades Administrativas.

La comunidad académica espera con urgencia explicaciones serias, no ataques desesperados ni difamaciones malintencionadas que buscan ocultar irregularidades y abusos. ¿Responderá Haro Beas o seguirá apostando por la cortina de humo de sus acusaciones irresponsables? Va.

                                                         
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